Amilcar Sala nos habla de sector de la agroindustia, pesquerias y biotenologia y nos hace referencia a la siguiente nota, «Históricamente, para México el sector primario ha sido un factor clave de la economía así como base de impulso al crecimiento y desarrollo de la industria nacional y una de las principales fuentes de generación de empleos en el país durante los cincuenta; actualmente dos quintas partes de la población económicamente activa (PEA) laboran en actividades agropecuarias. No obstante la relevancia del sector para la economía nacional así como para la población en general, su productividad es reducida en términos de su aportación de tan sólo el 9 por ciento al Producto Interno Bruto (PIB).
En la misma línea, a partir de la década de los ochenta el sector agrícola mexicano ha experimentado un proceso de transformaciones estructurales; es decir, de funcionar bajo un esquema con fuerte intervención estatal y protegido de la competencia internacional, se ha movido hacia la liberalización del mercado. Como consecuencia, el país se encuentra en una posición de desventaja respecto a sus competidores debido a los bajos niveles tecnológicos de la producción campesina así como los altos costos de producción en referencia al mercado internacional. Aunado a ello, la topografía y las condiciones climáticas de México limitan la tierra disponible para el cultivo a unos 23 millones de hectáreas, es decir, al 11.7 por ciento de la superficie total del país.
Bajo este esquema, la economía mundial contemporánea se ha venido caracterizando por la creciente integración internacional y globalización de la producción y los mercados. Como consecuencia de esto, la competencia se ha intensificado en todas las ramas productivas, incluido el sector agrícola y de las cadenas alimentarias.
En tiempos actuales, se habla de conceptos como agricultura globalizada para hacer referencia al hecho de que las condiciones materiales de la agricultura moderna, por sectores y áreas, están siendo construidas sobre la base de procesos regulatorios y económicos globales tanto por su alcance como por su carácter, lo que se traduce en una integración de los agro-sistemas en su conjunto.
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Como consecuencia de lo anterior, las tendencias actuales se encaminan hacia los siguientes retos:
a) Competencia universal
b) Pérdida de importancia de la baja tecnología
c) Desplazamiento de la importancia de los recursos naturales y mano de obra barata
d) Crecientes estándares de calidad
e) Competencia en todas las etapas productivas y de comercialización
f) Alianzas estratégicas de las firmas exitosas
g) Comercio entre países desarrollados e intra-sectorial
h) Neo proteccionismo
Amilcar Sala, Ante este contexto, en materia de innovación en la tecnología agroalimentaria, México requiere crear redes de conocimiento que le permitan aprovechar los avances logrados en el extranjero, requiere de acciones precisas encaminadas a fortalecer a un sector que se encuentra difuminado por diferentes Estados y sin planeación estratégica precisa.
La creciente competencia en los mercados internacionales así como las características del sector agroalimentario en México, hacen de la innovación y la tecnología una necesidad estratégica para asegurar su sostenibilidad a largo plazo, es necesario modernizar el sector en cuestiones de tecnología, estándares de calidad, sanidad alimentaria, entre otros. En este sentido, se considera fundamental despertar el interés y concientizar a los agentes de la industria agroalimentaria mexicana sobre los programas y/o posibilidades en materia de cooperación internacional, facilitándoles el acceso a información especializada, dándoles a conocer las distintas posibilidades de participación y sensibilizándolos sobre los beneficios que conlleva la participación en cuanto al incremento de los niveles competitividad».
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