Un niño estadounidense falleció este martes en una clínica privada a la que fue llevado tras ahogarse en una alberca del hotel Barceló Maya Palace, en la Riviera Maya.
El menor, de 7 años, se había lanzado en el tobogán de la alberca, pero luego de varios minutos se percataron que el niño no salía, para cuando fue localizado ya no respiraba, por lo que personal del hotel llamó a una ambulancia particular para trasladar al niño a una clínica, donde murió, sin que la administración del hotel de aviso a las autoridades.
Trascendió que el menor llegó al área de toboganes acompañado por su madre, y fue revisado por cuatro médicos: un cardiólogo, un pediatra, un internista y un médico de urgencias. Todos confirmaron que ya no contaba con signos vitales.
Incluso, se sospecha que el menor había fallecido desde antes de que lo sacaran de la piscina, por lo que ahora las autoridades investigan cuánto tiempo estuvo sin supervisión, para poder deslindar responsabilidades.
Según medios locales, los padres del niño, cubanos residentes de Florida, amenazaron con emprender acciones legales contra el hotel, al que acusan de haber escondido el incidente para evitar dañar su propia imagen
Apenas hace una semana, un niño de 8 años de edad, recibió una descarga eléctrica en una alberca del parque acuático Ventura Park, localizado en la zona hotelera de Cancún, hechos que fueron denunciados por la madre de este menor, luego de que la empresa se negó a llamar a una ambulancia.
En abril del año pasado, Leonardo, un niño de 13 años fue succionado por un sistema de filtración mientras nadaba en una atracción acuática del Parque Xenses de Grupo Xcaret, en Playa del Carmen.
En el 2015, la Primera Sala de la Corte condenó al hotel Mayan Palace de Acapulco a pagar 30 millones de pesos por el daño moral que causo a los padres la muerte de su hijo, debido a las conductas negligentes de la empresa, luego de que este cayó a un lago artificial electrificado por una bomba en mal funcionamiento
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