– Décadas de experiencias y grandes inversiones redujeron drásticamente el vertido de hidrocarburos al mar, asegura el empresario naviero.
– El ITOPF (Internacional Tankers Oil Pollution Fund) reporta una sensible disminución en accidentes de buques tanque, que a finales de 2010 se ubicaron por debajo de las 100 toneladas.
Por Fernando Wong
El riesgo de derrames petroleros en el mar ha venido disminuyendo pese a que el volumen transportado en el mundo rebasa ya los 2.500 millones de toneladas anuales, lo cual constituye una extraordinaria noticia para la ecología del planeta, manifestó Fabián Narváez Tovar, socio de una de las firmas de mayor prestigio en esta modalidad de traslado petrolero, destacando que el hecho obedece a casi cuatro décadas de mejora continua de las normas de seguridad de los buques, de mejores controles de su aplicación y de una mayor conciencia por la seguridad en la operación cada vez más afianzada entre los armadores y las tripulaciones de los buques.
Sin dejar de reconocer los riesgos siempre estarán presentes mientras exista el transporte marítimo de petróleo, el CEO de Angolfo subrayó que el petróleo se mantiene como el producto de base más transportado en el mundo y la Unión Europea (UE) ocupa el primer lugar mundial en el comercio de productos petrolíferos, ya que sus importaciones de representan aproximadamente el 27% del comercio mundial total, en tanto que las importaciones de Estados Unidos ascienden a un 25%.
Otros datos aportados durante la entrevista sostienen que alrededor del 90% del comercio de petróleo con la UE se efectúa por mar (el resto se transporta por tierra, por oleoductos o por otras vías navegables). En ese marco, es factible prever un aumento sostenido del comercio de crudo en los próximos años debido al crecimiento de la demanda de productos petrolíferos.
Fabián Narváez asegura que cada año se transportan 800 millones de toneladas desde los puertos comunitarios o con destino a ellos y alrededor del 70 % del transporte marítimo de petróleo en la Unión se efectúa frente a las costas del Mar del Norte y del Atlántico, mientras que el 30% restante se efectúa en el Mediterráneo, por lo cual estas zonas son las más vulnerables a las mareas negras, tal y como quedo en evidencia con el naufragio del ERIKA y el del Prestige.
“Es fundamental tener en cuenta que muchos buques petroleros navegan en aguas comunitarias sin hacer escala, lo cual implica un volumen – y por lo tanto un riesgo – adicional. Eso lo vemos en puertos petroleros europeos tan importantes como Rotterdam, Marsella, Le Havre, Trieste y Wilhelmshaven, en donde se reciben petróleo procedente en su mayoría de Oriente Medio y África del Norte, ya que las exportaciones europeas se dirigen sobre todo a Norteamérica”, puntualizó.
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