La principal causa de la perdida de los dientes es la enfermedad periodontal, conocida también como periodontitis o piorrea. En su primera etapa, se manifiesta produciendo una infección en las encías denominada gingivitis, de carácter reversible. Si ésta no se trata a tiempo evolucionará en una enfermedad irreversible que afecta incluso al hueso de soporte de los dientes, conocida como periodontitis.
Síntomas dependiendo de la fase de la enfermedad
- Retracción de encías: los dientes se ven cada vez más largos, llegando incluso a verse la raíz del diente.
- Movilidad dental: Notas los dientes más sensibles y con mayor movilidad, parece que no estén fijos. Esto se debe a que la enfermedad empieza a afectar al hueso y los dientes pierden parte de su sistema de sujeción.
- Espacio entre los dientes: la encía va desapareciendo entre los dientes dejando “huecos negros” entre ellos.
Lo primero que debe de hacerse es tratar y controlar el problema periodontal para dejar la encía y el hueso en un buen estado.
Posteriormente, debemos rehabilitar la pieza o piezas perdidas y, para ello, el tratamiento más convencional son los implantes dentales.
La boca es un engranaje perfecto, estructurada de una forma natural estratégica. Cada pieza tiene su función. Cuando se pierde una de ellas, la mordida adopta posiciones que en la mayoría de las ocasiones son incorrectas y dañinas, con el objetivo de compensar la pieza o piezas perdidas, generando un desequilibrio completo del aparato estomatognático al tratar de encontrar la mordida “correcta”.
Cuando existe una ausencia dental los dientes adyacentes y opuestos intentarán ocupar el espacio libre y se irán inclinando poco a poco hasta encontrar el contacto perdido. Irán perdiendo anclaje poco a poco, habrá movilidad e incluso podrán perderse. Finalmente, el cambio de posición de los dientes hará que estos se articulen de forma incorrecta, apareciendo contactos indebidos y sobrecargas que provocaran desgastes y dolor.
Cuantas más piezas falten y más tiempo tarden en reponerse, mayores serán las alteraciones. Además, el proceso de masticación y trituración de alimentos se hará más difícil, acarreando problemas digestivos, ya que la trituración de alimentos será incompleta.
La articulación de la mandíbula tendrá que amoldarse a la nueva estructura de la boca y dará lugar a dolor y ruido.
La falta de piezas dentales provoca la pérdida del contorno labial, envejecimiento facial prematuro y boca más ancha.
La pérdida de dientes implica también pérdida de autoestima y confianza a la hora de sonreír e impide disfrutar de las relaciones personales de forma natural.
Tras la pérdida de un diente provocada por una periodontitis es necesario acudir al dentista para determinar las causas y las posibles soluciones, ya que cada caso es distinto.
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