El reto de la pandemia para el Istmo, para Oaxaca, para México y el mundo, es mayúsculo, la pérdida de vidas humanas es, sin duda, una tragedia irreparable que nos lastima a todos y consume energías para evitar que la estadística siga creciendo.
El Coronavirus Covid-19 ha generado una suerte de psicosis colectiva que tiene el potencial de ser catastrófico o de sacar lo más fuerte y lo mejor de cada uno de nosotros.
Y aunque los datos duros son dramáticos en términos de la salud a nivel global, y los números en el terreno económico y social muestran un escenario dramáticamente diezmado, aun así, en medio de la tormenta, los Istmeños, los Oaxaqueños y los Mexicanos, somos fuertes, ya lo decía, somos resilientes y planteado en el argot mexicano, nos crecemos al castigo.
Tenemos que entender y capitalizar la premisa que las crisis traen oportunidades, y en ese sentido debemos de encaminar todos nuestros esfuerzos, hoy tenemos que pensar global, pero consumir local, tenemos que buscar ser proveedores de lo interno y externo, pero repito, privilegiar nuestro consumo de todo, en lo nuestro, lo de los vecinos, lo de la red personal.
Hoy tenemos un claro enemigo, el virus Covid-19 que lacera la salud, pero tenemos que acabar con el otro enemigo que se está gestando, el del pánico, el de la cerrazón, el enemigo del miedo que lleva a la toma de decisiones sin sentido, decisiones que en el futuro causarán grave daño al patrimonio y forma de vida de nuestras familias y nuestra comunidad.
Hay una tendencia mundial desde hace tiempo ya al consumo local, al consumo de lo que se genera en al interior de las comunidades, es una especie de usanza tipo “hippie” en donde se aprovechan las fortalezas, capacidades y dones de la comunidad, para la comunidad, con una esencia precisamente de hacer comunidad.
Estamos inmersos en una nueva realidad que nos lleva, sin duda, a la innovación y por qué no decirlo, a la disrupción, a dejar atrás los métodos y caminos tradicionales de hacer economía y emprender rutas que nos lleven a la diversificación, a la generación de alianzas estratégicas que nos permitan reducir costos.
Hoy, es momento en el que pensando globalmente, consumamos lo local, a través de reconocer todas las áreas de oportunidad que tenemos en el Istmo, en Oaxaca y fortalecerlas para el consumo interno, un buen ejemplo muy local, tiene que ver con la exportación de mango del Istmo que hoy ha visto lacerada su operación, bueno, pues hay que hacer sinergia con los productores para generar áreas de oportunidad local que beneficien a muchas familias y por qué no que generen otros negocios y quizás nuevas industrias, repito, locales.
Y eso no nos lleva a dejar de pensar global, porque la Pandemia pasará, y habrán de reconstruirse cadenas de producción y suministro, pero por lo pronto, tenemos la oportunidad de generar nuevas cadenas internas de gran beneficio para muchas familias que hoy, ven su presente y su futuro con un alto sentido de incertidumbre.
Sí, es momento de pensar global, consumiendo local, con un razonamiento estratégico para potencializar todo lo que somos, enfrentando el reto con la frente en alto, impulsando toda fortaleza que tenemos en el Istmo para que al final, salgamos más fortalecidos y unidos que nunca.
La columnista es Maestra en Derechos Humanos y Garantías Individuales, ex Secretaria de la Mujer Oaxaqueña, contáctala en Facebook: MUMA Mariuma Munira, Twitter: @MariumaMunira
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